30.12.06

[anual cero.uno] 3rd edition

del dos mil seis y su mejor cara, ésa que casi siempre duele si uno la recuerda. en un ingenuo intento por la enumeración de menos a más.

los tirantes, los fulares, los tenis blancos · el blog ·
mi entrañable vida nocturna · los viernes que inician a las cuatro a.m. · los viajes en el asiento trasero y su felicidad incuestionable · el cine sólo para jotch · la empatía en síntesis con la admiración · un mejor amigo y lo que algunos llaman "mi maestro" · mi concierto favorito · vallarta y la certeza de que la vida puede convertirse en un sueño a veces de más de cuatro días.

en la humana creencia de estar completo declaro tentativamente concluida la primera recapitulación hacia el fin del año.

28.12.06

[cuatro.uno]

la vida que quiero se observa tan lejos como mi habitación y su método. los ciclos por ahora no son más que mis ganas esta vez recíprocas de mejor amigo, listas como promesa, familia en sobredosis y la extraña anestesia que van dejando días tan poco míos como éstos.

la ciudad de méxico me lastima por desconocida y me deja por ahora un saldo de tres o cuatro amores a primera vista de ésos incuestionablemente verdaderos y primarios. el teatro es absolutamente capaz de fabricar dioses tras mis ojos y jotch sigue siendo el mismo hombrecito al acecho tímido de hace años.

el vacío probablemente me permita estrechar mis relaciones con el blog hacia el fin del año. las evaluaciones puntualizadas deberán ser bocetadas primero, con suerte y mi disciplina da para todo eso; mientras tanto me quedo con la escena de una noche de cuatro con mejor amigo y novio incluídos, difícilmente mejorable un futuro que tristemente raya en los terrenos de la imposibilidad...



23.12.06

[cuatro.creo]

transitar entre días tan llenos de desorden y ruído en los que las relaciones personales trascendentes son un milagro no propio de años como éste resulta difícil. el exceso de objetos y pendientes casi por inercia se convierte en un muro y entonces el abismo frente al inevitable ciclo parece menos profundo: la realidad es que extraño y añoro tanto que ya mejor es ni tomar conciencia.
con equipaje sobrado, a medias y en la puerta; unos tenis nuevos y el rencor acumulado hacia la gran ciudad los días no hacen promesas claras fuera de la desconección y las ganas que sólo duelen. las listas y mi blog son la única necesidad realizable tras el primero de los festejos y los deseos no han cambiado desde hace días, por ahora se reducen a una relación -amistosa o no- de mutua y enfermiza necesidad, con suerte y pronto...

19.12.06

[tres.nueve]

dados mis excesos, el recuerdo de mi primer noche festiva de domingo pasó de lo entrañable a lo penoso, recordarme en calidad de tres veces mounstruo trae abajo culaquier detalle memorable de la noche. una vez más me prometo que no vuelve a suceder.
de los días nada... el mismo desorden ya contemplado hacia el fin del año, la constante depresión financiera, amigos que ya ni quedan, toda la ropa sucia y mi latente devoción por los imposibles.
de cara a la última semana laboral del año mis ganas de festejos y planes siguen en cero. enero promete cine -un tykwer brevísimo y esperado de regreso- y disciplina forzosa. lamento la corta emotividad de mi entrada y dejo mis tareas domésticas para otro día. hasta entonces.

14.12.06


[tres.ocho]

del miércoles y mi incapacidad de superarlo, de mis ganas guardadas que ya no caben, de los viajes en asientos traseros como la mejor síntesis de una utopía, de los autos azules, de frida y sus jardines, del sur, de los aipods ahora inescuchables, de los corbatines verdes, del sorprendente poder magnético de la complejidad enfermiza -ahora confirmado-, de la depresión voluntaria, de los escenarios pueblerinos, de la perfección como mérito de mis propios ojos...
del miércoles que se queda hasta el viernes, de la angustia, de las terminales desérticas, de tanto frío, de mis nuevas manos favoritas, de la inevitable regresión, de mi reconocida derrota contra la inteligencia, del imposible embone, de las invariables prioridades...
del miércoles y mi concierto favorito, de la establecida sentencia en la que jotch no está hecho para las grandes historias de amor; del pesimismo del jueves, de la eterna enumeración y de más disculpas.

10.12.06

[tres.siete]

lo compruebo, cumplir años en domingo debería entrar en la categoría de crimen. alcanzo los veintidós en una casa llena de familia, desorden y futbol. desde aquí el panorama amistoso es tan patéticamente vacío que el cuerpo lo confronta entumecido y entonces ya ni siquiera llora.
contrario a cualquier predicción la noche de sábado se almacena indudablemente en la lista de entrañables, esta vez en niveles de rareza realmente superlativos: un atuendo como indiscutible favorito, un aprobadísimo pelo nuevo y grados de alcoholismo nunca antes obtenidos.
la parte triste se origina en el espejismo nocturno y enfiestado que nos hace creer que hay más de alguno cerca. como ya lo dije el panorama es absolutamente vacío y por si fuera poco los únicos dos casos de verdadera relevancia no se caracterizan por la reciprocidad de jerarquías.
agradezco el sábado de ficción y les devuelvo el domingo hasta que me sea entregado con algún acompañante incluído, así no lo quiero.

9.12.06

[tres.seis]

a pocas horas de la noche agendada como deliberadamente cumpleañera, es de meterse en una cajita el hecho de que los tres eventos opcionales no guarden una mínima relación con mi nombre.
entre mi afán consciente y obsesivo por colocarme en crisis emotivas y la inevitable aferración a la posibilidad, parece que el fin de semana no está funcionando y aunque muero de ganas, estoy convencido de que el sueño no sería una decisión sana. una disculpa, a veces suelo comportarme de una forma realmente infantil, de cualquier forma ¿alguien sabe dónde quedó mi cajita?

7.12.06

[tres.cinco]

del miércoles y la amenaza mounstril en el espejo, de la inevitable nostalgia que provoca un auto rojo...
hablar de países ajenos, aviones y hoteles me conduce invariablemente hacia un definitivo lado triste e inseguro de mí mismo.
del miércoles y las horas restantes de mi pelo con el enorme miedo que esto implica.

5.12.06

[tres.cuatro]

agradezco profundamente los consejos respecto a la filosofía cumpleañera, debo confesar que en una persona como yo la decisión de un mes completo de festejo resultaría deprimentemente ambiciosa. quedémonos con tres o cuatro días cercanos al décimo de mes para subrayar las relaciones importantes -si es que las hubiera- y ya vendrán los eventos propios del hombre de rojo que con suerte nos sorprenden gratamente. la premisa de galas con prendas de más es por ahora suficiente.

del lunes y la desidia que con la emotividad ha decidido instalarse junto a cada una de mis prendas de invierno.

cuarón avienta desmedidamente costales de angustia y se convierte en un verdadero maestro del plano-secuencia. jotch vuelve a su condición de mounstruo y eso asusta. vayamos que las labores domésticas y el sueño ya empiezan a perder la paciencia.

3.12.06

[tres.tres]

la víspera cumpleañera iniciada de forma oficial hoy por la mañana ha dejado sus mejores promesas en otros años. esta vez el estribillo ése de que "no importa cómo empiecen las cosas..." se adjunta a prácticamente toda posible idealización deseosa propia del aniversario.
está bien, es domingo y pasan ya las once de la noche, no puedo pretender mejores ánimos dadas condiciones como éstas. del día me guardo la estrecha empatía con meredith grey y mi infinitamente posible bufanda nueva. la noche estelar de fin de semana resultó mucho más festejada y extensa de lo que hubiera esperado por lo que las quejas son objetos intocables y los ignorados puntos en la agenda no han dejado de serlo.
asomándonos desde aquí se aproxima el cine, un trabajo vacío, el jueves de primer festejo, una ausencia a la que no me acostumbro y el enorme hueco de posiblemente más de alguna felicitación. lo repito, mi entusiasmo no trabaja en horas como éstas; de cualquier forma cumplir años en domingo debería ser una práctica legalmente restringida.

2.12.06

[tres.dos]

con una semana a mi regreso el año no hace más que prometer el mismo desorden en cada una de sus últimas gotas. la inconstancia no ha dado para quejas: guardo una figura entrañable desde hace tiempo, una extraña seguridad afianzada, un amigo viajero y esa ausencia de preguntas que directamente conduce a la calma.
el cine me tiene reservadas más de tres horas durante los días entrantes y quiero creer que esta vez será un humilde reparador de los daños ocasionados en manos de scrosese; a final de cuentas siempre he mantenido una mejor relación con cuarón. de jennifer aniston sabemos ya que es mejor no guardar expectativas.
el sábado guarda silencio y mis ánimos no son para mover aguas. el cajón reclama a gritos su carencia de playeras blancas y mi chamarra a rayas se apunta como la mejor cómplice en lo que indudablemente se define como un caprichoso invierno. con suerte y mañana el tiempo nos permite adelgazar los puntos en la agenda.